La flexibilidad en la concepción y desarrollo de proyectos de investigación es fundamental para adaptarse a las cambiantes necesidades del conocimiento y la sociedad. En algunos casos, es crucial que estos proyectos no estén estrictamente atados a programas predefinidos para fomentar la innovación y permitir la exploración de áreas menos convencionales o emergentes. Los proyectos de investigación y desarrollo (I+D+i) son esenciales para abordar soluciones a problemas científicos que han sido socialmente justificados y debatidos en comunidades científicas. Estos proyectos suelen agruparse en torno a políticas socio-productivas y líneas de investigación institucionalizadas, pero es importante reconocer que la rigidez en este agrupamiento puede limitar su alcance y potencial impacto.
En un momento en el que la innovación y la novedad parecen dictar el rumbo de la investigación y el desarrollo, resulta imprescindible reconocer el valor perdurable de los programas establecidos que han demostrado su eficacia a lo largo del tiempo. Los proyectos basados en líneas de investigación anteriores, tales como: